MARIA

A la mañana siguiente nos despertamos y desayunamos todos junto, menos María que le gustaba mucho la cama. Luego mi mujer le dijo a mis cuñados si la acompañaban a hacer las últimas compras para la comida de mañana, y ellos le dijeron que si, a mi me dijo que recogiera la cocina y que saliese al jardín para ver si estaba todo en orden para el día siguiente. Yo me quedé y comencé a pensar que estaría haciendo mi cuñada, ¿estaría durmiendo?, estaría haciéndose un dedo?, la mejor manera de responder a esas preguntas era ir a verlo. Me encaminé hacia arriba y abrí un poco la puerta, si estuviese despierta le diría que me había encargado mi mujer que la despertase y sino pues vería cómo dormía. Mi emoción era grande, abrí la puerta y ahí estaba de espaldas y completamente destapada, y hoy había dormido completamente desnuda. No sé lo que me incitó a acercarme a ella, pero lo hice y traté de taparla para disimular, pero no fui capaz, y empecé a pasarle una mano por las nalgas, ella ronroneaba, se las abrí un poco y no se asustó, acaricié la parte interior de sus muslos y se abrió completamente dejando al descubierto su agujerito y su conchita. Abrió los ojos y me dijo, cuñado si paras te mato. Continué sobando su cuerpo, comencé a acariciarle los hombros, besándole y pasándole la lengua por su columna, ella se movía y me pedía más, bajé mis manos a sus nalgas y las separé, yo estaba como un burro, no podía más e introduje mi cara en el medio de sus nalgas y comencé a comerle el culo, se lo ensalivé muy bien y ella se retorcía, diciéndome sigue, sigue, no me dejes así. Con mi lengua también tocaba la parte posterior de su coño, en ese momento no pudo más se incorporó y me dijo dame tu polla que me la quiero tragar, hace mucho tiempo que no me como ninguna, y estoy aburrida de masturbarme como el otro día y utilizar pollas de plástico, se lanzó y me bajó los pantalones que tenía puestos y mi polla se catapultó hacia el techo de la habitación, la cogió y se la metió completa en la boca, produjo gran cantidad de saliva y la echó sobre ella y comenzó a hacerme una paja con las manos, yo la miraba y veía su expresión de vicio, le dije que no siguiese que me iba a correr, y volvió a repetirme que si lo hacía antes de follarla me volvía a matar. Le dije abre bien tu coño que te voy a follar como te mereces, ella abrió sus piernas y las separó con sus brazos y me dijo ¡MÉTEMELA TODA CUÑADO!, dicho y hecho, entró como el cuchillo en la mantequilla, a pesar de llevar tanto tiempo sin probar macho estaba claro que sus masturbaciones y sus pollas de plástico no habían permitido que su coñito se cerrara. Comencé a follarla, cada 10 embistes paraba con la polla en el fondo y notaba como ella con los músculos de su vagina me apretada la polla, otros diez empujones y otra parada, así estuvimos largo tiempo, el sudor de mi frente caía sobre sus pechos empitonados y ella decía sigue CABRÓN, la cara de vicio de María era impresionante, mientras la seguía follando decía “cuanto tiempo estuve esperando este momento” bien sabía que tú también deseabas clavarme enterita, y yo cada vez que utilizaba uno de mis consoladores pensaba en tú polla. Le dije que se diera la vuelta, ella me dijo por el culo me va a doler, en ese momento baje y comencé a ensalivarle la puerta trasera, ella se corría de gusto y me decía “que guarro eres cabrón”, yo seguía a lo mío ella se retorcía y cuando pude ver que lo tenía a puntito le metí la cabeza de mi polla poco a poco, ella abría sus nalgas con sus manos para facilitar la entrada, de un empujón se la metí hasta el fondo y ella se derrumbó encima de la cama, comencé un mete y saca lento y ella aprovechaba para acariciarse el clítoris, yo la cogía de su melena negra y la atraía hacía mi, ella se veía poseída y dominada y no dejaba de gemir, hasta que en un momento me grito: “ me voy a correeeerrrrr”, y en ese momento se corrió, yo saqué mi polla de su culo y ella se dio la vuelta momento en el que aproveché para correrme encima de su barriguita, ella cogió la lefa con la mano y se la llevó a la boca; me dijo:  “no se si lo que hemos hecho es moralmente bueno o no, pero no me importa y quiero que me satisfagas cuando te lo pida”. Yo alucinaba y le dije, y que le decimos a tú hermana, ella me contestó: eso, déjamelo a mí y déjalo de mi mano.

Me quedé muy sorprendido, pero satisfecho.