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Mayo 2023

"Encerrona con sabor a gloria"

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Mayo, 2023. Un calor asfixiante. Decido esperar a mi pareja en una terraza del parquecillo, bajo la sombra de un pino frondoso. Una granizada por favor, le pido a la camarera, mientras lo apunta y sonríe a un chico que estaba en el otro extremo de la terraza. El chico le responde a la sonrisa con un guiño de ojos y pienso, "que bonito es ser joven y guapo". Al poco, la chica, con una sonrisa de oreja a oreja, me trae la granizada y le lleva al chico del otro extremo una copa con algo que parecía beilys con bastante hielo. Miro el reloj, las 18:36 y ya casi oscureciendo. El calor seguía su ritmo pero la granizada lo apaciguaba. Miro al extremo de la terraza y veo el vaso de lo que parecía bailys vacío y la mesa también vacía. Miro hacia el bar y la chica no se veía desde donde me encontraba. Me levanto con la intención de ir a decirle que me parecía que el chico se había largado sin pagar la consumición y me lo encuentro en la barra, hablando con la camarera y riendo a carcajadas. Lógicamente me callé y fui al baño para disimular mi error. Mientras me lavaba las manos, el chico entró y me miró como si hubiese visto al espíritu santo. Había un urinario muy pegado al lavabo y se puso a mear allí mismo. Se desabrochó el pantalón y bajó su calzoncillo hasta quedar bastante visible su polla. Yo me extrañé, lógico. Pero no le di importancia. Mientras me secaba las manos, el chico dirigió su polla al lavabo y accionó el dispensador de jabón y empezó a frotarse la polla y los huevos. A ver, yo gay no soy, pero debo reconocer que aquello me abrió los ojos y algo más. La naturalidad con la que lo hacía y la frescura en su sonrisa. Salí y me dirigí a la barra a pagar mi granizada cuando la chica me dice que no se debía nada, que lo había pagado el chico. Sí sí, el chico de la polla en el baño. En esto que el chico salía del baño donde unos segundos antes se me abrieron los ojos como platos y le agradecí la invitación. Entonces miré de nuevo el reloj. 18:59. Me da tiempo a beberme algo más, pensé. Y me pedí un wiski con agua. La chica me lo puso con una gran sonrisa dibujada en su cara y cuando me estaba poniendo la botellita de agua me guiñó el ojo y con un leve movimiento de cabeza acia un lado me indicó la puerta del lavabo. No sabía que significaba aquello ni que quería decir. Pero ella, al momento, se dirigió al baño y, mirándome fijamente, me insinuó que la siguiera. Yo estaba alucinado. No sabía que hacer. Miré a un lado y al otro y no vi a nadie alrededor. A nadie salvo al chico del bailys que, sonriendo, me invitó a seguir a la chica. Al entrar al baño veo que la chica se está arreglando el pelo como disimulando. Estaba inclinada acia delante, de puntillas y cerca del espejo, con el culo algo levantado. Dios que culo le hacía el estar en esa postura!! Tendría no más de 35 años pero aparentaba algo más al estar con ropa de trabajo. Se la veía segura de sí misma y yo me estaba empezando a poner cachondo. Se giró acia mí y entonces me di cuenta que tenía un botón desabrochado de su camisa, insinuando unos pechos perfectos. Son las 19:10 y mi pareja no viene. Los pechos de la camarera los tengo en mi retina. Se acerca, despacio, con elegancia. Creo adivinar que está excitada por sus pezones apuntando acia arriba. Se detiene a una cuarta de mi cara y, como quien no quiere la cosa, me coge la cara y me da un beso ardiente. Siento explotar algo dentro de mi pantalón. Ella se acerca y me roza con sus pezones erguidos. Entonces le cojo por la nuca y empezamos a entrelazar nuestras lenguas. Cómo si quisieran meterse por la garganta hasta lo más profundo de nuestros cuerpos. Algo empieza a crecer dentro de mi pantalón con ganas, muchas ganas de salir. Y mientras, lo que entra, es mi mano por dentro de su camisa para, un segundo después, certificar mis sospechas. Unos pechos perfectos, erguidos, ardientes y sus correspondientes pezones desafiantes como las astas de un toro. A estas alturas, ni que decir tiene que me olvide de la hora. Me olvidé incluso que había quedado. Pero un algo me vino a la mente y en el último momento acerté a sacar el móvil del bolsillo y llamar. Ale, todo solucionado. Está de camino y llegará en cinco minutos. Mientras llamé, la chica deslizaba sus manos por debajo de mi pantalón y hacia estremecerme. Acarició suavemente mi polla y empezó a ponerse tan dura que la sangre casi no fluía. Al momento se oye entrar alguien al restaurante. Aún era temprano pero los primeros clientes del turno de noche estarían a punto de hacer acto de presencia. Pero no, no eran clientes cualquiera. Esa voz me sonaba. Coño!! Ya ha llegado, dije mientras la chica me comía la polla. Quise zafarme de aquella situación pero mi mente me decía que no, que no dejara escapar aquella ocasión. Oigo al fondo a mí chica hablando con él del bailys. Risas, susurros, más risas, más susurros. Mientras tanto, mi polla llenaba la boca de la camarera que con un movimiento continuo de balanceo, tragaba y sacaba. Tragaba y sacaba. Las risas se habían convertido en carcajadas y los susurros en palabras. " Lo estarán pasando bien??" Oí preguntar a mi chica. "Seguro que sí" decía él. Entonces comprendí que aquello fue una encerrona preparada por ella para disfrutar los dos. Con la excitación de saberlo y el empeño que ponía la camarera acabé por llenarle la boca con mi leche calentita. Ella aún con la boca llena, seguía comiéndome la polla, como si fuese un biberón. No paró hasta que, sin darme cuenta, entró mi chica y se fundieron en un morreo intercambiando mi leche. Aquello me volvió a abrir partes de mí que no conocía que tenía. Yo acababa de correrme y quería más. Jamás me había pasado eso, pero la situación nos ponía en antecedentes. Ellas seguian en un fundido beso caliente intercambiando mi leche entre ellas. Sin dejar de besarse se acercaron a mí y empezaron a besarme las dos y a llenarme la boca de mi propia leche. Nunca había probado eso pero la sensación me gustaba, el momento me gustaba y la excitación era tal que volví a empalmarme de nuevo. Ellas, al darse cuenta de la situación, empezaron a jugar con mi polla. Mientras una se la tragaba hasta la garganta, la otra me comía los huevos. Mi chica se levantó y salió del baño. No me importó. La excitación era tal que me daba todo igual. Al minuto entraron en el baño mi chica y el chico del bailys. Empezaron a besarse y al momento ella se sentó en el lavabo y él empezó a bajarle las braguitas muy despacito mientras la besaba. Mientras yo lo observaba con excitación. Estaba tan cachondo que no me di cuenta que la otra chica me estaba metiendo un dedo por el culo. Que placer!!! Lo hacía mientras seguía con la boca llena de mi polla. Se me estremeció todo el cuerpo y volví a correrme. Lo hice, por supuesto, en su boca. Me miraba con cara de gustarle y a mí me excitaba. Se levantó y se acercó a donde estaba mi chica subida y abierta y empezó a comerle el coño. A llenarlo de mi leche. El chico tenía la polla bastante tiesa ya y se la estaba meneando, asique me acerqué y se la cogí con mi mano para ayudar. Me gustó la sensación de tener una polla en mi mano. Calentita, gorda y grande. Tanto me gustó que, mientras veía como le comían el coño mi chica, me incliné y empecé a lamerle la polla. Lentamente, acompasado con el movimiento de mi mano. El chico se bajó los pantalones del todo y se los quitó. Yo hice lo mismo. Las chicas se besaban y también se desnudaron. Se acercaron a mí y empezamos los 3 a comernos la polla del chico mientras nos besábamos. Entonces mi chica se puso de espaldas a él y se apoyó en el lavabo, quedando al descubierto su hermoso culo y el coño. Yo me metí debajo de sus piernas y empecé a comerle el coño mientras ella, cada vez más, acercaba el culo a la polla del chico. La otra chica se giró y empezó a comerle el culo para lubricarlo y cuando estaba perfecto para la ocasión, ella sola se arrimó tanto que ya sentía la puntita en su culo. Tan cerca estaba que yo pude comerle los huevos. Le cogí la polla con mi mano y la introduje en el culo de mi chica. Lo tenía bien húmedo y no hubo problema alguno. Yo seguía comiéndole el coño y estaba tan excitada que no tardó nada en correrse en mi boca. Una corrida extraordinaria que llenó mi boca de sus fluidos. Entonces me incorporé y la chica y yo empezamos a besarnos. Bajé por sus pechos erguidos y firmes y llegué hasta su coño. Empecé a lamer el clítoris y después a meter la lengua. Primero por el coño, después por el culo, luego otra vez el clítoris. Ella se acercó al lavabo y empezó a besar a mi chica mientras el chico le follaba el culo. Se puso en la misma posición que mi chica y allí, frente al espejo, me levanté y empecé a follarle el coño mientras seguían besándose. Ellas gemían de placer al unísono mientras las follábamos. En ese contexto estábamos. Ellas besándose y gimiendo mientras las follábamos y nosotros a punto de corrernos. Emitieron las dos a la vez un inconfundible aullido de placer fruto de la penetración que suponía, evidentemente, que se corrieron al unísono. Nosotros estábamos también a punto de hacerlo cuando, de repente, las dos se dieron la vuelta y se zafaron de nuestras pollas. Se intercambiaron la posición y empezaron a comernos la polla justo al contrario de como las estábamos follando. Mi chica me comía la polla con un ímpetu jamás visto por mí y la otra chica hacía lo mismo con el chico. De vez en cuando cambiaban las pollas hasta que, después de un par de minutos, los dos nos corrimos a la vez en sus bocas. En un placer inmenso e indescriptible. Ellas saboreaban la leche calentita y empezaron a besarse de nuevo e intercambiando la leche en sus bocas. Nos fundimos los cuatro en un gran beso de despedida y nos supo a gloria.
Publicado 
Escrito por jose_bega68

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