Esta es una fantasía recurrente para una fiesta swinger de psrejas.
La idea comienza haciendo una meditación con una música relajante. Todos los participantes en una de las camas inmensas que habría en el local. Todos apartados de sus parejas sin ver la posición de cada uno, con antifaces. Cuando cambie la música s una más sensual, cada uno comienza con movimientos muy suaves a "bailar" por todo el escenario, la cama inmensa. Empiezan los roces con otras personas y la única condición es que no se pueden usar las palmas de las manos para acariciar, se usan las extremidades, los torsos y espaldas y cabeza. Todos en ropa interior.
La temperatura va subiendo con los roces y caricias corporales y llegado el momento, con un nuevo cambio de música todavía más sensual que incite al roce, se van despojando las ropas interiores de los que quieran.
Llegando al punto de clímax sensitivo y sensual, se desprenden aromas por mandala a jazmín y canela con un toque de árbol del té.
Del techo o una plataforma cuelgan condones al alcance de la mano para quien quiera continuar. Todo con los ojos vendados. Sin saber con quién te rozas. Manos y piernas por doquier, cuerpos calientes de afecto.
Con un nuevo cambio de música ya se escuchan los primeros gemidos, sexo oral en demasía y cuerpos rozándose intermitentemente.
Las manos ya se pueden usar y los orgasmos llegan solos.
Una fantasía para una fiesta con gran afluencia.