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El deseo de mi amante

"compartir mis amantes"

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Notas del autor

"Este sueño fue transmitido primero a mis amantes y luego fue realizado"

Simplemente fue en una visita tuya, después de tomarnos un par de vinos, decidiste cumplir una promesa hacia mi persona y me dejaste que hiciera contigo lo que me apeteciera, y así empecé a hacerlo.

Te ordené que te desnudaras, y poco a poco te fuiste quitando la ropa hasta quedarte completamente desnuda. Por cierto, una imagen maravillosa la que ofreces completamente desnuda. Me acerqué a ti, te besé, te acaricié los pechos, los besé, y mi mano fue poco a poco bajando por tu barriga hasta tu coño, el cual ya empezaba a humedecerse. Le abrí los labios con dos dedos, e introduje un dedo en su interior. Poco a poco notaba por tu respiración que te estaba gustando. Mi otra mano, que estaba acariciando tu cuello, fue bajando despacio por tu espalda hasta acariciar tu culo, cada cachete fue acariciado suavemente, y te di un azote, zas, luego metí mi mano entre tus cachetes para acariciar tu culo.

Me separé de ti para coger tus regalos, empecé poniéndote un collar con anilla, de esclava sexual, y una cuerda. Me acerqué y te puse el collar, y con la cuerda te preparé un arnés de pecho bondage. Cogí tus manos y te las até a la espalda. Luego te puse una barra en los tobillos, dicha barra te ata las piernas e impide que las cierres o que las abras.

Me retiré para contemplarte, y he de decirte sinceramente que la imagen es maravillosa. Me volví a acercar para recogerte el pelo en una cola, aunque tengas el pelo corto, una pequeña cola te puedo hacer, con el pelo muy apretado en tu cabeza. Así estás divina, que lo sepas.

Empecé a besarte y acariciar tu cuerpo, despacio y suavemente. Por delante y por detrás. Cogí una pequeña fusta y empecé a acariciarte con ella, por todas partes, tu cuello, tus pechos, tu barriga, tu coño, tus muslos, tu espalda, tu culo, y poco a poco empecé a darte pequeños azotes, suaves, pero intensos. En tus pechos, en tu coño abierto, en tu culo, uhmmm, me encanta hacértelo. Besándote recuerdo el placer de tu boca, tu estupendo sabor. Cogí un pañuelo de seda, muy suave y te vende los ojos besándote nuevamente.

Salí de la habitación, pero antes me volví en la puerta para verte, la imagen es muy excitante. Verte de pie, con las piernas abiertas, desnuda, con tu arnés, que te agarran los pechos de una manera superexcitante, tus ojos vendados, tu collar de esclava puesto. Esa imagen no se me olvidará en la vida.

Al cabo de unos segundos, volví a la habitación, ni siquiera preguntaste si era yo, si venia solo, solamente sabias que lo que pasaría en aquella habitación era creación mía y que te daría placer, mucho placer, y eso te excita.

Me acerqué a ti. Comencé a besarte en la boca y me retiré para recrearme en ti. Te besé nuevamente, introduciendo mi lengua para acariciar tu lengua. Pero notaste que no era yo, aun así, no rechazaste el beso y le correspondías con las mismas ganas que si fuera yo. No te importaba quien fuera, solamente sabias que yo había pensado, diseñado y deseado esa situación y que a ti te iba a dar mucho placer.

Tu no habías poderlo ver. Pero cuando entré en la habitación, traía otra esclava sexual, la traía por la correa, la cual estaba atada a su collar, uno muy parecido al tuyo, pero no el mismo, cada una tiene el suyo personalizado. Ella estaba como tú, completamente desnuda, pero a ella no le había puesto ningún arnés, ni esposas, ni tobilleras. Totalmente desnuda. Con sus grandes pechos como los tuyos desnudos, sus pezones erectos. Su cabello recogido en una hermosa cola.

A ella, con un gesto, le ordené que te besara, y lo hizo. Mirándome me pidió permiso para seguir, porque tu cuerpo le gustó y le excitó. Le ordene que te besara y que te mordiera los pezones, suavemente, y así lo hizo. Notamos tu respiración jadeante, noté que te estaba gustando.

Fue bajando con su lengua por tu cuerpo, hasta que se puso de rodillas delante de ti y comenzó a lamer tu coño, tu echaste la cabeza hacia atrás, y eso lo interpreté como que estabas gozando, y eso me excitaba. Verla a ella lamerte el coño, ver como disfrutaba ella de tu cuerpo y tu disfrutabas de recibir sus caricias era una gozada. Metió sus dedos en tu coño a la vez que lo seguía lamiendo, tu respiración cada vez era más intensa, tus pechos se estaban poniendo duros y tus pezones se salían de ti. Esa imagen es la imagen del placer.

Ahí quise gozar yo también, y os ordené que paraseis. A ti te liberé las manos. Te quité el pañuelo y te puse a cuatro patas. Ella se deslizó entre tus piernas y comenzasteis a hacer un 69 delante mía. Ambas sabíais que vendría a continuación, me lo pedíais con la mirada. Tu estabas arriba y ella abajo. Comencé por ti. Me acerqué desde atrás y penetré tu culo mientras ella te comía el coño, tus gemidos impulsaban aun más a mi polla dentro de ti. Gozaba en cada embestida que te daba. Sabia que tu placer era infinito en esos instantes. Tu culo lleno de mi y tu coño saboreado por ella, que te excitaba. Bajaste la cabeza y comenzaste a comerle a ella su coño, jamás hubieras pensado hacerlo, pero en ese instante necesitabas sentir tu lengua rozando los labios de su coño, su clítoris, como ella sentía tus labios y tu clítoris con su lengua. Ese placer compartido y que poco a poco iba creciendo más y más. Yo no paraba de penetrarte, cada vez mas fuerte iba entrando mi polla en tu culo, cada vez más a dentro, más rápido y más fuerte. Pero paré. También ella era merecedora del placer.

Intercambié el sitio y me dispuse a follarle a ella el culo, tu levantaste la cabeza y me rogaste que te follara la boca antes de fallármela. Por una vez te concedí el deseo. Metí mi polla en tu boca hasta el fondo, tus ojos mostraban una felicidad nunca vista. Un deseo de entrega al placer máximo que te estaba regalando y que estabas agradeciendo. Saqué mi polla de tu boca, y penetré su culo. Ambos oímos su gemido de placer, y sus palabras resonaron en nuestros oídos, “gracias mi amo por follarme así, te ruego que no pares”. Tu, no sabemos porqué, comenzaste a lamerle más su coño, como si quisieras que fuera tuyo, lo penetrabas con tus dedos y tu lengua mordía su clítoris de una manera salvaje. Ella comenzó a retorcerse de placer, a gemir, a gritar. Tú sentías en tu cuerpo el placer que le estabas dando y te excitaba tanto o más que a mí. Jamás hubieras imaginado darle ese placer a una mujer y sentir ese placer de una mujer. Y eso te gustaba y te excitaba. Tu coño, húmedo como nunca, sentía su lengua y necesitabas más. Me suplicaste que te follara al coño y que te llenara de mí, de mi semen, querías sentirlo hasta el fondo. Pero no era el momento. Saqué mi polla de su culo, y te la metiste en tu boca, querías saciarte de ella, querías que descargara en ti, me lo pedias en cada chupada. Te agarré del pelo, saqué mi polla de tu boca y se la metí nuevamente por su culo. Tú bajaste tu cabeza y continuaste comiéndole el coño, estabas satisfaciendo con su coño el deseo de mi polla.

Seguimos así durante unos instantes, para mí, pareció una vida de entera de placer, no quería que se acabara. Veros a las dos gozando y haciéndome gozar de esa manera. Pero ambas me suplicabais que me corriera, ambas queríais mi leche, y a ambas os la iba a dar.

Os puse a las dos de rodillas. Veros era una imagen superexcitante. Ambas desnudas, con vuestro collar, tú con tu arnés, que hermosas sois las dos.

Vuestras caras juntas esperando que me corriera sobre vosotras, y así lo hice, así os entregué mi amor. Me corrí sobre vuestras caras, ambas os turnabais para chuparme la polla y limpiármela de semen. Y os besabais delante de mí, sabiendo que eso me excitaba y me gustaba, pero también os gustaba a vosotras.

Me arrodillé con vosotras, y os besé como jamás os había besado. Saboreándoos de una manera que os estaba transmitiendo el placer que me habíais entregado hace unos instantes. Sois mis esclavas, pero al final soy yo vuestro esclavo, y así quiero seguir siendo.

Acabamos la noche, los tres desnudos, dormidos juntos en la cama. Todos deseábamos despertarnos para volver a repetir una y otra vez esa noche maravillosa.

Publicado 
Escrito por al_ma_malaga

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